El templo de Bambú se encuentra a 12km al noroeste de Kunming. Este templo de la dinastía Qing se reconstruyó en el siglo XV después de que un incendio lo arrasara. Este elegante edificio budista, con fina ebanistería negra y blanca, se levanta sobre los cimientos del templo de la dinastía Yuan. Cuenta con tres impresionantes estatuas de Buda, pero debe su fama sobre todo a la sensacional colección de esculturas de arcilla de tamaño natural modeladas en un periodo de diez años a finales del siglo XIX por el maestro escultor de Sichuan, Li Guangxiu. El artista y sus cinco ayudantes recibieron el encargo de esculpir en barro las figuras de los 500 arhat o luoban (los liberados del ciclo de la reencarnación) para ubicarlas en el edificio principal del complejo. Aunque el conjunto es hoy un gran reclamo del templo, en aquella época produjeron un efecto tan terrorífico que Li Guangxiu recibió órdenes de no volver a trabajar jamás. A lo largo de un muro, un grupo enmarañado de extrañas figuras –unas con los brazos más largos que el cuerpo, otra con cejas hasta las rodillas– cabalga sobre olas espumosas repletas de criaturas marinas. En otro lugar, tres hileras de figuras retratan las virtudes y las faltas budistas. Estos bellos personajes ejecutan distintas tareas de la vida y la locura humanas: uno intenta alcanzar la luna, otro juega con una mascota, otro bosteza, otro discute, otro come un melocotón. La destreza de Li Guangxiu en la ejecución de las expresiones y los gestos de las figuras las hace únicas y se cree que muchas podrían ser caricaturas de algunos de sus contemporáneos, de ahí el rechazo que provocaron.
También resulta interesante la losa de piedra del siglo XIV que se muestra en el pabellón principal. Recoge los tratos de la China imperial con Yunnan en caligrafías china y mongola. El templo cuenta con un buen restaurante vegetariano.